lunes, 27 de diciembre de 2010

CAPÍTULO UNO.

I guess you are thinking of me now...Adara tararea la canción con alguna que otra dificultad mientras baila divertida frente al espejo.
No. El inglés no es su fuerte, pero ríe al inventarse cualquier letra que se le ponga por delante.
Se mueve delante del espejo, poniéndose y quitándose ropa, escogiendo lo más atrevido y guardando lo más sencillo.
Su habitación ya está otra vez desordenada, toda la ropa tirada por el suelo, los sofás y la cama. El tocador con todos sus cosméticos esparcidos por ahí y por allá. Echa un vistazo y ríe al imaginar la cara que pondrá su madre al verlo. Ya la ve diciéndole "Emilia te ordenó ayer la habitación, y otra vez la tienes hecha una leonera...¿Para qué quieres tanta ropa? si ya no te cabe en el armario...y blah blah blah". La misma charla de siempre. Pero ella sabe de sobra como calmar a su madre. Un beso en la mejilla, un te quiero y como mucho, un ''luego lo recojo'', y todo queda solucionado.
Suena el timbre. Paola ya está ahí abajo, esperándola para ir al centro comercial, y ella sigue con el uniforme puesto, sin haber decidido todavía qué ponerse. Corre hacia la puerta, bajándose la falda hasta los tobillos. Al pasar por el salón su hermano está jugando con la wii y la observa.

-¡Adara!, no vayas en bragas por la casa, que no estas sola.- Le dice su hermano Lucas con aire divertido.
-¿Dónde está Emilia?¿Por qué no abre la puerta?
-Hoy es su día libre...no es tu esclava, también tiene una vida.
-JA-JA-JA- Adara ríe sarcásticamente, y mientras le saca la lengua a su hermano, tira la falda encima del sofá.

Cuando abre la puerta, las dos amigas se saludan con dos besos y se dirigen al salón mientras Adara se excusa por no estar lista todavía. La misma excusa de siempre, la culpa nunca es suya, sino de sus padres, su hermano o el servicio. Pero la verdad es que siempre espera para ver que lleva puesto Paola. Sí, son amigas y la quiere mucho, pero no soporta que vaya mejor que ella. Siempre tiene que destacar.

-Mira, siéntate, te dejo con Lucas. Si quieres algo se lo pides a él. No tardo nada, dos segundos.

Aunque todos saben que esos dos segundos, probablemente, no seran menos de quince minutos.
Al ver que su amiga no se ha arreglado mucho, decide que tampoco hace falta ir de punta en blanco, así que coge una falda vaquera, una camiseta fina con imágenes de Audrey Hepburn, unas botas altas y su chaqueta marrón de piel. Se recoge su larga melena rubia ligeramente ondulada en una cola de caballo y no se maquilla mucho, apenas un poco de color y unos toques de sombras y rimel para resaltar sus grandes ojos verdes. Natural pero perfecta, espectacular, y lo sabe sin necesidad de mirarse al espejo. Lo único que falta es ordenar un poco, pero no tiene tiempo, y además no le apetece. Coge el bolso, la cartera, el móvil y las llaves y baja corriendo al salón.
 
Mientras tanto, en el piso de abajo.
Paola se sienta tímida en el sofá junto a Lucas. La misma escena que se repite todas las semanas y aun así no se acostumbra. Lucas, aparte de ser el hermano mayor de su amiga, es el chico por el que todas se mueren. Es perfecto, guapo y bien repartido. La cara alargada contiene unos ojos verdes, intensos y penetrantes. Alto, musculoso. El pelo rubio como el oro, esa sonrisa que cautiva...Perfecto y encima tres años mayor que ella. Paola se derrite con sólo mirarle e intenta desviar la mirada cuando éste se da cuenta.
Paola observa como Lucas juega con la wii, sus movimientos son perfectos, tan perfectos como él. Está de pie, se mueve hacia adelante y hacia atrás, según le conviene para ganar. Incluso pega algún que otro saltito, nervioso. Le resulta imposible apartar los ojos de él, de su cuerpo. Entonces Lucas se gira, consciente de que está siendo observado.

-Perdona, no te he dicho nada ¿Quieres tomar algo?
-No, estoy bien, gracias- Responde rápidamente y enrojeciendo, aunque sabe que eso es debido a lo que está pensando.Le gustaría poder haberle respondido "quiero tomarte a tí, guapo", algo que la hiciera parecer más mayor, madura e interesante. Seguro que Adara no hubiera tenido ese problema si fuera ella la que se encontrara delante del chico de sus sueños. Pero no le puede pedir consejo, se moriría de vergüenza si su amiga supiese que está loca por su hermano.
-¿Y jugar?¿Te apetece jugar?-Pregunta de repente Lucas con una sonrisa, haciendo que Paola pierda el hilo de sus pensamientos.
-Esto..¿Jugar?-Se nota cierto nerviosismo en la voz de la chica,¿acaso a pensado en voz alta y él le ha oído?
-Si, a la wii. No pasa nada si no sabes. Yo te enseño..-tras darse cuenta de que no responde,añade- ¡va, que ya sabes como es mi hermana, esto va para largo! -y le tiende la mano para ayudarla a levantarse del sofá.

Paola deja el bolso y se quita la chaqueta, preparada para mostrar lo mejor de si misma e impresionar al chico que está frente a ella, pero en el momento en el que van a empezar a jugar suena el móvil de él, que se disculpa y sale al jardín a hablar.
Paola mira como se ríe y gasta bromas. Aunque por medio haya un cristal y no oiga nada, está segura de que es una chica.Por un instante, se siente ridícula. Al levantarse del sofá a mantenido una esperanza de poder seducirle. Pero no. Es imposible que un chico así no tenga novia. Y se sienta de golpe otra vez en el sofá, viendo como escapa la oportunidad de su vida para pasar un rato con Lucas. Pero no le da tiempo a pensar mucho ya que en ese momento su amiga baja por las escaleras.

-Ya estoy lista.-Grita Adara desde arriba de las escaleras.
-¡Dios, es un milagro! Has tardado menos de diez minutos
Las dos amigas se ríen con el comentario y Adara le tira un cojín a Paola.
-No seas exagerada.
-Claro, como siempre soy yo la que tiene que esperar...
-Vale-Contesta Adara fingiendo estar molesta- la próxima vez quedamos en tu casa.
-Llegas tarde de todas formas- vuelven a reír al unísono.
Cogen los bolsos, se ponen las chaquetas y van hacia la puerta.
-¿A dónde vamos?- pregunta Paola, curiosa.
-Al centro comercial, el de las afueras. Quiero comprarle el regalo a Danel, ¡cumple años este sábado!
-¿Cuántos cumple, veinte?
-Sí, como mi hermano.
-Y se supone que tengo que ayudar a escoger el regalo,¿no?
-Algo así -sonríe Adara- espera, voy a despedirme de ese elemento- responde, señalando hacia el jardín.

Adara camina haciendo notar sus tacones. Haciéndose oír. Abre la puerta y asoma la cabeza.

-¡Tú!- grita.
Lucas se disculpa por teléfono y lo aparta ligeramente.
-¿Qué quieres?- responde molesto.
-Nosotras nos vamos, te dejamos solo. Si llama Danel, no sabes dónde estoy, ¿entendido?
-Que sí, que sí... véte.
-Yo también te quiero- dice, finalizando la corta conversación, y se dirige hacia la puerta.

Lucas las observa desde lejos. Observa cómo se colocan el casco y salen de la casa. Respira tranquilo y vuelve a responder al teléfono.

-Perdóname Danel, ¿qué decías?
-Que no sé qué hacer con tu hermana...
-Si no la quieres corta tío...no te ralles más. Es mi hermana, y tú eres mi mejor amigo. No quiero que os hagais daño.
-Lo sé, pero no sé que hacer, cómo decírselo después de casi un año a su lado.
-Pues piensa, pero no le des muchas vueltas más, a fin de cuentas... busques la manera que busques, dirás lo mismo.
-Tampoco estoy al cien por cien seguro Lucas...no sé, hoy por hoy no sé nada.
-Al menos sabes quién soy yo,¿no?
-¡Pues claro mamón!...¿Enrique?- responde, entre risas.
-Sí, ese mismo... bueno,te dejo, voy a seguir con la wii.
-Sí, yo voy a ver si duermo un rato o algo...¿nos llamamos más tarde?
-Supongo- contesta Lucas, finalizando la llamada.

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